domingo, 12 de abril de 2015

Weekly Report 13

Esta semana ha sido fuertecilla, porque solo he librado dos días en el trabajo y aún así, he conseguido salir a correr 4 días, ¡creo que es la primera semana que lo consigo! Además, solo he tenido que salir a correr sola un día, ya me estaba aburriendo de ir todos los días sin compañía.

LUNES
   
¡Y además nos hizo un día estupendo!
Empezamos bastante regular, porque después del domingo currando, estábamos bastante trallados, pero acabamos haciendo 10 km y ¡batiendo mi récord de 10k! Ya me voy acercando a la hora, y por tanto, Víctor se está acercando a entrenar en piscina. ¡Cosas de las apuestas! Me dio un poco de guerra la rodilla y el tobillo, últimamente estoy alternando mucho entre las Kiger y las Adistar, y me duelen muchas cosas que antes no me dolían. También puede ser que estoy aumentando la carga de entrenos y la caña que me estoy dando.

A señalar el día tan fantástico que nos hizo, y que poco a poco vamos desterrando el mito que tenemos, de que por la mañana nos sienta fatal correr. Eso sí, nos sigue costando salir a una hora temprana, pero todo se andará correrá.

MARTES

¡Primeras series de la historia! Bueno, de mi historia al menos. El lunes Víctor me dio la noticia, por fin se atrevía a meterme entrenos de intervalos. Eso es buena señal, porque significa que me va viendo que voy cogiendo tono. Yo me tiré buena parte del otoño pidiéndole hacer series, porque me aburría salir siempre a rodar, pero ya me había cansado de pedirlo.

Fue muy durillo porque no me encontraba, pero no puedo decir que no me lo pasara bien, me saca la vena peleona que llevo dentro, pero aquí también hay mucho que mejorar. El entreno consiste en empezar 5 minutos suaves (ya me diréis si para mi 5:29 min/km es suave...), y a partir de ahí alternar un minuto fuerte y otro suave, así hasta hacer 6 intervalos fuertes, y luego acabar otros 5 minutos suaves. El primer minuto apreté bastante, pero el resto me quería morir en los suaves. Al final le acabé cogiendo el truco, pero justo se terminó el entrenamiento. Creo que me lo voy a pasar bien y me va a venir aún mejor en cuanto coja soltura y aprenda a recuperar a tope en los minutos suaves.
Muerta me hallaba.
VIERNES

Retomamos después de un mes de parón la tradición de correr el viernes por la noche por el Retiro. Esta vez mi madre no se apuntó, y a mi me engañaron vilmente mi padre y Víctor. Me dijeron que me iban a ir de relax, porque además mi padre se acaba de recuperar de una lesión, y con deciros que batí (de nuevo) mi test de Cooper os lo digo todo.

Empecé muy bien los dos primeros km. Bueno, bien por decir algo, porque iba peleándome con el móvil, que no encontraba señal GPS. Así que al terminar la cuesta de Moyanos, lo dejé apagado y decidí olvidarme. Mala idea, porque me encontré perdidísima toda la carrera, yo me iba ahogando y pensaba que iba muy despacio. Además, veía que mi padre me empezaba a sacar mucha distancia y yo me iba viniendo un poco abajo. Por suerte Víctor se quedó conmigo y me fue controlando la respiración porque iba de cualquier manera. Cuando ya empezábamos a volver me vine arriba (mi padre nos había esperado dando vueltas a una rotonda) y hasta tuve un pequeño pique con mi padre, que por supuesto ganó, pero que fue muy divertido.

Al salir del Retiro, como es cuesta abajo hasta casa y yo tenía muchas ganas de llegar, empecé a apretar y batí mi récord de un km a 5,03. ¡Es que es una cuesta abajo muy agradecida!

SÁBADO

¡Si! Logré salir el cuarto día, aún con toda la pereza que me daba. Y justo cuando dejó de llover, que hasta he pasado calor. Hoy he salido sola por el campo de casa y al principio he ido muy bien, pero al llegar al quinto km ha aparecido un viejo amigo, el dolor de barriga. Me ha venido al subir una cuesta muy corta pero muy pronunciada, que da paso al que yo conozco como Mi Sendero. Sí, es mío porque yo lo encontré, y es muy molón. Total, que me he quedado sentada unos cinco minutos en un momento muy zen. A veces me da por sentarme en la tierra a pensar en mis cosas. Igual parece un poco de cabra loca mística, pero lo cierto es que, aunque me paro por el dolor, son momentos muy agradables.

Volviendo a casa he encontrado el sitio donde los niños de mi barrio hacen botellón. Al principio creía que estaban jugando a algo de exploradores, porque estaban en la linde de un río (cándida de mi), pero luego he visto a una cría que no pasaría de los trece años con una botella de Larios en la mano y... y la verdad es que me ha dado pena. En fin, en este mundo tiene que haber gente distinta, ¿no?



Resumiendo, muy buena semana, espero que la próxima no me pase factura porque estoy aún más ampliada en el trabajo y tengo que aprovechar cada rato que pueda para intentar hacer unos kms.

Saludos y ¡gracias por leerme!

No hay comentarios:

Publicar un comentario